Reflexiones sobre: Un hombre y un nombre para la historia: Jigoro Kano
Las Artes Marciales no se contemplarían como lo son en la actualidad si un hombre, adelantado a su tiempo no hubiera dedicado su vida en pro de ellas, convencido de su alto valor pedagógico para la formación tanto física como moral de la persona y la aplicación a su vida cotidiana. CAPITULO I. EXTRACTO DEL LIBRO KATA JUDO-JU JITSU. "La energía es la fuerza de la vida, la fuerza esencial para vivir. El uso correcto de esa energía resultaría "Seiryoku Zenyo", o el máximo de eficacia con el mínimo esfuerzo". El Arte Marcial, el combate es intrínseco en el hombre y tan antiguo como su existencia. Toda comunidad ha creado y establecido métodos de lucha para defenderse de otros pueblos y a veces para imponerse sobre ellos. Prueba de lo dicho está en civilizaciones que se remontan a 6.000 años de antigüedad como la egipcia, reflejándose mediante jeroglíficos en sus templos y pirámides de hombres luchando, o en Babilonia, hace 3.000 años, o de igual modo en los templos de Creta, como así describe en libro de 23 de la Ilíada de Homero, o como se apreció posteriormente en la cultura romana. Alejandro Magno (372 a.c.) llevó sus artes de lucha con él en sus conquistas, llegando a la India; éstas, conocidas como Pancracio, fueron mezcladas con el Yoga y las luchas autóctonas como el Kalari. A través del Tíbet pasó China con el monje Bodhidharma,(Daruma en japonés) fundador del Zen, hace 1.400 años, hasta el Monasterio de Shaolin en el cuál éste hizo ejercitar a los Monjes Artes de Combate para fortalecerse corporalmente; Estas artes eran de origen indio: Vajamushtyadda y la Kalarippayat. Es así como a través de la influencia china diversas formas de Artes Marciales se introdujeron y mezclaron con las autóctonas japonesas, entre ellas su más ancestral arte de Lucha, el Sumo
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